miércoles, 17 de agosto de 2016

Sirácides (Eclesiástico), 35



Sirácides (Eclesiástico), 35

1.El que observa la Ley hace más que multiplicar las ofrendas; apegarse a los mandamientos es ofrecer un sacrificio de comunión.

2.Un acto generoso es una ofrenda de harina pura, la limosna es un sacrificio de alabanza.

3.Lo que agrada al Señor es que uno se aleje del mal; ¡no hay sacrificio de expiación más hermoso que huir de la injusticia!

4.Pero no debes presentarte ante el Señor con las manos vacías: todos esos sacrificios te han sido prescritos.

5.Cuando el justo presenta su ofrenda, la grasa es para el altar, pero el buen olor sube hasta el Altísimo.

6.El sacrificio del justo es bien acogido, el Señor no se olvidará de él.

7.Glorifica al Señor con un corazón generoso, ofrece sin regatear los primeros frutos de tu trabajo.

8.Cada vez que das, muestra una cara alegre, siéntete feliz de presentar tus diezmos.

9.Da al Altísimo como te ha dado, de todo corazón y según tus medios;

10.porque el Señor devuelve la mano; te dará siete veces más.

11.No trates de comprar sus favores, no lo aceptará; tu ofrende de algo mal adquirido de nada te servirá.

12.Porque el Señor es el juez, y no hace favoritismo.

13.El nunca recibirá mal al pobre, escuchará la oración del oprimido.

14.No menospreciará la súplica del huérfano ni los gemidos de la viuda.

15.Cuando las lágrimas de la viuda corren por sus mejillas, ¿su llanto no está acusando acaso al que la hace llorar?

16.El que adora a Dios con todo su corazón encontrará buena acogida, su clamor llegará hasta el cielo.

17.La oración del humilde atravesará las nubes, no se consolará hasta que no sea escuchado.

18.No se desistirá, será necesario que el Altísimo se ocupe de él, que el Señor intervenga en favor de los justos.

19.Pero el Señor no tardará; no hará demorar la espera.

20.Les pegará en los riñones a los que no tienen piedad y se vengará de las naciones.

21.Exterminará a la multitud de los violentos y destruirá el poder de los injustos.

22.Al final le dará a cada uno según lo que merece, conforme a sus actos y a sus intenciones.

23.Hará justicia a su pueblo y su pueblo se alegrará de su misericordia.

24.¡Su misericordia será tan bienvenida en momentos de angustia como lo son las nubes después de una sequía!

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