lunes, 29 de diciembre de 2014

LEVÁNTATE Y ANDA. FACUNDO CABRAL (Transcripción Juana Macedo. Parte 1)

LEVÁNTATE Y ANDA. FACUNDO CABRAL
(Transcripción Juana Macedo. Parte 1)

Levántate y anda deja la cama donde te duermes con la multitud y sal a caminar por ti mismo, es decir, por lo único verdadero, es decir por la vida.

Entonces, despierto bendecirás a todos con tu alegría, deja la parasitaria tribuna y entra a la cancha a jugar tu partido deja de complicarte y complicar, detente y comprobarás que el sentido de la vida está en ella misma. Puedes llamar a cada cosa como quieras, pero todas las cosas principalmente las que ni vemos, ni siquiera sospechamos, conforman este milagroso misterio que llamamos VIDA. Muchas son las cosas pero una la realidad.

Ábrete, anímate, aprende de todo, pero ante todo de ti mismo, concéntrate en esto y te iluminarás. Y esa serena alegría te llevará de estadio en estadio, siempre en ascenso, espiritual, intelectual y material, cantando, bailando y amando. La alegría te hace sabio, no las preguntas. 

¿Desde cuándo la obra tiene derecho de preguntar al creador? Solo hace falta que te des cuenta de que eres parte del universo, entonces, serás para ti y para los demás una constante inspiración, libre de todo lo que divida, entonces tu vivir será un arte, y en lo más profundo de ti está la raíz de tanta belleza. Solo a partir de ti cada acto puede ser una totalidad, por eso no pidas más, vive más, ese es el secreto de la riqueza, por eso no debes seguir a nadie como un huérfano, sino seguirte como un hombre; entonces comprenderás que para vivir mejor, hay que ser mejor. 

Vacíate constantemente, atento al momento, entonces las novedades serán constantes, es decir, te enriquecerás constantemente, tu espíritu volará. 

Vacíate de pasado y te llenarás de presente, siempre rico cuando lo vives sin pre conceptos. En el pasado te encierras con lo muerto, es una muralla que te separa de lo vivo.

Vacíate de pasado y volverás a ser un niño, es decir un ser abierto a todo, receptivo y por lo tanto en un constante juego y el niño está liviano porque está libre de recuerdos y experiencias, porque no sabe nada, por eso goza todo, por eso todo lo excita, lo asombra, como el viejo no quiere moverse porque sabe demasiado, porque recuerda demasiado, porque sus experiencias lo encadenan a pre conceptos que lo privan de las novedades. Entonces no hay presente, porque la vida está en el ahora mismo. 

Las viejas voces de tu interior, no te dejan oír las nuevas voces que te llegan del exterior, o del presente, que es todo lo que hay. Y solo cuando hay el silencio interior se pueden oír las del exterior, solo en la quietud se puede sentir al eterno movimiento que nos rodea, solo en la quietud comprobarás que la hierba, es decir la vida crece constantemente y tú eres parte de esa evolución aunque no hagas nada, y solo tienes que entregarte para tener conciencia de este hacer sin hacedor, entonces te refrescará la espontaneidad. El ego es el pasado, por eso es viejo y hace que todo te sea pesado. El ego es la memoria de lo que ya no es por eso te priva de la espontaneidad, es decir de la audacia, es decir del niño. El ego te hace sentir la ilusión suicida de que eres algo aparte, es decir, te ciega, te empobrece, te enfría y en ese estado sufres a la soledad en lugar de gozarla. Y en cuanto más sepas estarás más paralizado, no vivirás, solo responderás desde tu conocimiento, es decir mecánicamente y responderás solo al que tienes al frente, no a la vida y solo por la razón, no por la claridad… (Sigue parte 2)


1 comentario:

  1. Hay un tiempo para todo. Si nuestra actividad ha sido intensa, tal vez, es el momento de retirarse y recuperarse.
    Si nuestra actividad no nos ha exigido un gasto continuado de nuestra vida y sentimos la necesidad de actuar, de acción, ese pues el momento para ello.
    Hay que recordar que esta vida es una vida sin senderos, sin caminos, sin métodos, ni prácticas, ejercicios establecidos. Ya que todo eso, nos hace tercos, tozudos, cazurros, fanáticos divisivos, donde la compasión y el amor no pueden ser.

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